lunes, 13 de octubre de 2008

Anglaterra

Birmingham

Mi paso por esta ciudad tuvo como objetivo principal estar en familia, la verdad. Hacía casi 20 años que no veía a mi primo Martín, a su mujer Danielle me la había presentado antes de que se casaran también hace tantísimo en la casa de mi abuela María Esther. Entonces a los chicos, bueno, por supuesto no los conocía.

Y fue buenísimo hacer cosas con ellos: ir a Stratford-upon-Avon (y hacer picnic en el auto), ir al museo de Birmingham, cenar juntos, jugar con los chicos (con quienes me comunico en inglés porque su lengua madre es el portugués), charlar hasta cualquier hora con Martín y Danielle vinito de por medio (hubo francés y australiano, deliciosos ambos), reconstruir el árbol genealógico y cocinar malfatis.








Destacado de la estadía: la salida al teatro con Danielle. Fuimos a ver Wuthering Heights (Cumbres Borrascosas) en la producción más profesional que haya presenciado jamás. Todo, todo, todo era perfecto: interpretaciones, vestuario, escenografía, luces, música, todo. Si hasta hacen como que hay un perro y de verdad que ¡te lo creés cuando ataca a Lockwood! La pint de lager tampoco estuvo nada mal.



Bellísima sorpresa: el miércoles antes de irme descubrí en la pared del living las rayas que marcan cuánto han crecido los chicos. Me hizo acordar a las que hacía mi papá detrás de la puerta de la cocina.



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