viernes, 4 de enero de 2008

Anteojeras


Andando por la ruta de noche camino a un pequeño pueblo desconocido, se desata la tormenta a lo lejos. Pero en el pedazo de cielo inmediatamente arriba mío se ven claramente las estrellas. En la ciudad no existe la panorámica. Sólo se ve el pedacito que tenés arriba de tu cabeza y lo demás no es.

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