miércoles, 26 de diciembre de 2012

Contra Natura



Tener un oso polar en el zooilógico de Buenos Aires. Mientras la tendencia mundial es que los jardines zoológicos se transformen en centros de conservación, no se hizo ningún esfuerzo para reubicar en cautiverio (agh, que palabra horrible) pero más cerca del polo al pobre animal, que murió por la suma del tremendo calor y el stress de la pirotécnia de las fiestas.

Tristísimo.



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