lunes, 26 de abril de 2010

La estabilidad

El tiempo transforma las sorpresas del amor en sabiduría,
en cóncavas superficies
donde los cuerpos se acomodan exactamente
como cucharas en la alacena de la cama y la noche.
En puntillas habitamos lo cotidiano y predecible
Pero cuidándonos bien de no despertar ninguna de las fieras aletargadas
Que, dóciles, fingen dormir a nuestros pies
como animales domésticos.
Está bien que nada altere la paz de
días que se colocan sin sentirse uno al lado del otro.
No me hagás caso si te acuso de repetirte
Y me lamento por saber con antelación
el programa de la semana que viene.
No te dejes seducir por mis cantos de sirena
evocando tiempos de efímera felicidad.

Cómprame calendarios, márcalos,
oblígame a comprometerme
para el año que viene.
Gioconda Belli, Mi íntima multitud.

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