Me fascinan esas personas a las que es imposible anticipar. Nunca se sabe qué van a opinar de nada y las opciones van desde que algo les parezca vomitivo hasta que les resulte sublime.
Invitarlos a un espectáculo puede ser un insulto o la mejor salida de sus vidas.
Tengo dos amigos así.
Ese tipo de personas me encanta.
Imagen: Amelia Pisaca